Navidad

La Navidad todavía no ha llegado en verdad, pero ya se puede oler y sentir. Algunas personas odian esta festividad porque les recuerda a sus seres queridos. Es cierto que está genial recibir regalos por Navidad, pero nos hemos vuelto tan materialistas que no le damos importancia a las cosas más obvias de estas fiestas. Disfrutar decorando la casa y preparándola, adornar el árbol y colocar el Belén, pensando dónde debería ir cada cosa, dedicándole su tiempo y esmerándose en hacerlo perfecto, reunirse con la familia, el calorcito tan agradable en tu casa mientras afuera está nevando, ver ilusiones muy tiernas de los más pequeños... Cosas así, y muchas más que no tienen precio. Finalizar el año, realizar promesas que luego tal vez no cumplimos, los colores navideños como el rojo, dorado, etc, ayudar a la gente que lo necesita... Eso, se llama Navidad. 

Os aconsejo que aprovechéis esos escasos días en que se celebra, porque no se repetirán más,  hasta el siguiente año. Dad  todo el amor que tengáis dentro, sonreíd por poder estar rodeados de gente que os quiera, y aunque no sea así, sonreíd por haber tenido la gracia de existir y sobretodo, no hagáis de la Navidad lo que no es.